La meditación es donde comienza la espiritualidad y es donde termina. La meditación está presente en todas las religiones y en todas las filosofías espirituales. Aprender como meditar es esencial para cualquier práctica mágica.
Es el núcleo de todas las prácticas, ya sea el Tarot, la magia con sigilos, la magia con velas, el lanzamiento de hechizos, etc.
Necesitas poder concentrar tu atención durante un período relativamente largo sin pensar en nada más para tener éxito en la magia.
En este artículo te mostraré que meditar no tiene por qué ser difícil ni aburrido. De hecho, he tenido las experiencias más trascendentales, no a través de un ritual mágico, sino a través de una meditación respiratoria básica.
¿Por qué aprender a meditar?
Con su creciente popularidad, la gente utiliza la meditación para sentirse calmada y relajada. Pero también para mejorar el equilibrio psicológico, afrontar enfermedades o mejorar la salud y el bienestar general.
Sin embargo, hay que decir que para algunas personas la meditación puede no ser la práctica ideal. En algunos casos aislados, la meditación puede empeorar los síntomas asociados con ciertas condiciones de salud mental.

Beneficios físicos de la meditación
Entre los beneficios de la meditación, encontramos los siguientes efectos:
- Disminuye la presión arterial
- Mejora el sistema inmunológico
- Mejora el sueño
- Mejora el control de los síntomas asociados con la menstruación.
- Mejora la memoria
- Mejora el manejo de las adicciones
- Mejora el control del dolor
- Mejora la digestión
Beneficios mentales de la meditación
La meditación también aporta increíbles beneficios mentales:
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Reduce el estrés
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Ayuda a controlar la ansiedad
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Promueve la salud emocional
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Alarga la capacidad de atención
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Mejora la cognición
Beneficios espirituales de la meditación
Finalmente, podemos encontrar también muchos beneficios espirituales en la meditación. Aquí hay una breve lista:
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Aumenta la autoconciencia
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Mejora la empatía
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Da una mayor sensación de despertar espiritual y libertad
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Aumenta el sentimiento de propósito y pasión
La meditación y la práctica mágica

Aparte de estos beneficios, cualquier operación mágica requiere que uno sea competente en la meditación.
Tanto si necesitas concentrarte en una pregunta del Tarot mientras barajas las cartas, como cargar un sigilo mientras lo miras durante un largo período de tiempo o realizar un ritual mágico, debes estar completamente concentrado en la tarea.
No tendrá el mismo efecto si puedes concentrarte en tu ritual de principio a fin que si no puedes dejar de pensar en lo que te dijo antes un amigo o en lo que hay para cenar. Asimismo, poder centrarte en la pregunta que vas a hacer al tarot (o al I Ching o al péndulo por ejemplo) es fundamental para obtener resultados adecuados.
¿Qué es la meditación?
La meditación se define en Occidente como «pensar cuidadosa y profundamente sobre algo». Para ser más precisos, la meditación es la capacidad de concentrarse en una sola cosa. En términos generales, se trata de un conjunto de técnicas que incluyen posturas específicas y atención focalizada o actitud abierta ante las distracciones.
Los Yoga Sutras de Patanjali
Para comprender realmente la meditación es importante remontarse al lugar de nacimiento de la meditación, la India. En concreto, a uno de sus textos más importantes: los Yoga Sutras de Patanjali.
En este texto, que define con mayor precisión la meditación, se encuentran tres estados de conciencia:
- Dharana (concentración)
- Dhyana (meditación)
- Samadhi (unión o plenitud)
Cuando los practicantes de yoga llevan a cabo simultáneamente las ramas sexta, séptima y octava del yoga (dharana, dhyana y samadhi), experimentan samyama.
Samyama es un estado de bienaventuranza y control total sobre la mente.

Dharana – Concentración
Lo que entendemos como meditación en Occidente sería Dharana. Puede traducirse como “concentración”, se centra en un solo punto e implica fijar la mente en un objeto de meditación. En la práctica, la mente piensa en un objeto y evita otros pensamientos. En este estado, a menudo perdemos el control y pensamos en otras cosas.
Dhyana – Meditación
Una vez que podemos centrar nuestra atención continuamente en el objeto de meditación, entramos en Dhyana. La palabra sánscrita más cercana para “meditación” es Dhyaan o Dhyaana, la séptima rama del Yoga.
La diferencia clave entre Dharana y Dhyana es que en este último estado no somos conscientes de que estamos meditando. Ya no pensamos en el proceso de observación, lo único que está en nuestra mente es el objeto de meditación y el simple hecho de que existimos.
Samadhi – Plenitud
El objetivo de la práctica es alcanzar Samadhi. Samadhi ha sido definido como un estado de absorción total que sigue las prácticas internas de Dharana y Dhyana. Es un espacio de puro éxtasis y contemplación donde el ego y el sentido del Ser se disuelven por completo.
En este estado, percibimos directamente la Verdad y entendemos completamente al Ser como una expresión conectada y eterna de lo Divino. Samadhi es el estado de conciencia más elevado que se puede alcanzar a través de la meditación. El yo, la mente y el objeto de meditación se funden en uno.
Teniendo en cuenta que incluso este estado se divide aún más en varios niveles, si se alcanza Samadhi una vez no significa que seas iluminado.
Cuando Samadhi se vuelve tan estable que no necesitas hacer nada, ni siquiera necesitas meditar, entonces ese estado se llama iluminación.
¿Qué esperar al practicar la meditación espiritual?
La meditación es una experiencia muy individual que puede resultar diferente para cada persona.
Las cualidades de la experiencia espiritual durante la meditación pueden incluir:
- Absorción o pérdida de una sensación de separación del mundo físico
- Escuchar voces o tener visiones
- Sentir una “presencia” espiritual
- Tener un sentido de trascendencia
- Experimentar una sensación de asombro
Esta lista no es exhaustiva y los informes de experiencias espirituales son increíblemente diversos y variados.
Tanto si sientes una conexión automática con algo más profundo como nada en absoluto, los expertos coinciden en que no debes intentar forzarlo. Como ocurre con cualquier tipo de meditación, cuanto más lo intentes, más difícil será alcanzar un estado meditativo.
También es mejor no hacer referencia a las experiencias de otras personas y sus vivencias en la práctica de la meditación espiritual. Esto puede evitar expectativas poco realistas sobre lo que “debería” ser tu práctica.
Como puedes ver, la meditación en la tradición mística no es simplemente una técnica para aliviar la ansiedad, es un trabajo duro y su objetivo es iluminar al practicante.
Sin embargo, en nuestro mundo llamamos meditación a una amplia gama de prácticas que tienen sus propios beneficios. Todas sus formas son importantes para cualquier practicante de magia.

Los diferentes tipos de meditación
Existen muchas formas de meditación, las categorizo en cuatro tipos diferentes:
- El Mindfulness o atención plena: con este tipo de meditación te centras en ser intensamente consciente de lo que sientes en el momento, sin interpretaciones ni juicios. Practicar la atención plena implica métodos de respiración, meditaciones guiadas y otras prácticas para relajar el cuerpo y la mente y ayudar a reducir el estrés.
- Concentración: Se debe elegir un objeto en el que concentrarte. Puede ser un objeto físico como la llama de una vela, un objeto mental como Tattwas o cualquier otra forma simple, un mantra, una parte de tu cuerpo como la ubicación de tu tercer ojo, o tu respiración.
- Contemplación: Aunque a menudo se la conoce como meditación, la contemplación es una práctica más analítica y reflexiva que implica pensar profundamente sobre un tema o concepto en particular.
- Visualización: Este método incluye cualquier tipo de meditación que utilice imágenes como medio para meditar. Puede incluir meditación orientada a objetivos, como por ejemplo visualizar nuestro futuro ideal; explorar tu subconsciente a través de viajes chamánicos; o simplemente seguir una meditación guiada que te lleve a una playa o un bosque para ayudarte a relajarte, lidiar con el estrés o el miedo y sentirte más en paz.
Todos estos tipos de meditación tienen valor y te animo a que experimentes con tantos como quieras.
Sin embargo, considero de suma importancia practicar regularmente el tipo de meditación de concentración. Es el más sencillo para empezar, se puede realizar sin ningún conocimiento previo y no requiere conocer ninguna técnica complicada.
Este es el tipo de meditación con el que tuve las experiencias más intensas y en el que me voy a centrar en este artículo.
¿Cómo meditar?
Meditar no tiene por qué ser difícil. No debería tomar mucho tiempo, no está vinculado a ninguna creencia o religión específica y no requiere ningún equipamiento especial.
Antes de pasar a la práctica real, veamos algunos mitos que rodean la meditación y que podrían impedirte siquiera intentarlo.
Meditar no se trata de tener la mente en blanco
Meditar no se trata de vaciar la mente. Si bien la meditación a menudo implica calmar la mente, esto no significa que la mente se quede en blanco.
Este sea tal vez el mito número uno sobre la meditación y es la causa de que muchas personas se rindan por frustración.
Pero la meditación no se trata de detener nuestros pensamientos o intentar vaciar nuestra mente; ambos enfoques sólo crean estrés y más ruido interno. No podemos detener ni controlar nuestros pensamientos, pero podemos decidir cuanta atención prestarles.
La meditación implica desarrollar la capacidad de observar tus pensamientos, emociones y sensaciones con la cualidad de la no reactividad, que es la capacidad de notar y hacer una pausa en lugar de reaccionar.
No podemos imponer tranquilidad a nuestras mentes, pero a través de la meditación podemos encontrar la tranquilidad que ya existe en el espacio entre nuestros pensamientos.
Este espacio entre pensamientos es pura conciencia, puro silencio y pura paz. Cuando surgen pensamientos, como inevitablemente ocurrirán, no necesitamos juzgarlos ni tratar de alejarlos.
En su lugar, regresa suavemente tu atención al objeto de enfoque. En cada meditación, hay momentos, aunque sean microsegundos, en los que la mente experimenta conciencia pura. A medida que medites con regularidad, pasarás cada vez más tiempo en este estado de conciencia.
Ten la Seguridad de que incluso si parece que has estado pensando durante toda tu meditación, estás recibiendo los beneficios de su práctica. No has fallado ni desperdiciado tu tiempo.
Tampoco es cierto que haya personas que sean buenas o malas meditando. No es necesario ser «bueno» meditando para probarlo o disfrutar de sus beneficios.
La meditación es una práctica, algo que debe cultivarse a lo largo del tiempo con constancia y disciplina. Por ello, es importante formar un hábito de meditación diaria. Puede que sea más fácil para algunos que para otros, pero no es necesario ser un determinado tipo de persona para lograr una mentalidad meditativa.
No necesitas mucho tiempo para meditar

Algunas personas piensan que hay que tener horas libres todos los días para meditar. Nadie tiene horas para meditar. Las historias de monjes y gurús budistas que meditan durante horas todos los días suenan geniales, pero para la mayoría de las personas es difícil imaginarse sentados quietos y en silencio durante 30 minutos, y mucho menos durante horas.
En realidad, cuando dedicamos tiempo a meditar con regularidad, tenemos más tiempo. Cuando meditamos, entramos y salimos del reino de la conciencia sin tiempo ni espacio. En la meditación, nos encontramos en un estado de alerta reparador que es extremadamente refrescante para el cuerpo y la mente. A medida que las personas siguen su ritual de meditación, se dan cuenta de que pueden lograr más haciendo menos.
Existen también estudios científicos que demuestran que meditar puede cambiar la estructura del cerebro, pero para ello debe hacerse durante al menos 20 minutos todos los días. Y si bien esto es cierto, puedes recibir los beneficios de la meditación simplemente haciéndolo durante dos o tres minutos.
Es mejor hacer sesiones más cortas, digamos de cinco o diez minutos, si eso significa que realmente vas a meditar. La clave es encontrar una duración que funcione para ti, incluso si tu práctica se parece más a mini sesiones de meditación. Cualquier cantidad de tiempo podría funcionar. Comienza con meditaciones cortas de 5 minutos y sigue aumentando el tiempo poco a poco.
La meditación no es relajante
Es un mito que la meditación te calma o te hace sentir mejor. Lo cierto es que la meditación puede resultar muy incómoda. Esto se debe a que puede que sea la primera vez que sientes la incomodidad de observar tus pensamientos. Puede que observes cosas que no te gustan o que te asustan.
Cuando comenzamos a prestar atención, las verdades se hacen conscientes, mientras que antes estaban ocultas bajo capas de defensa.
Aunque la relajación a veces puede ser un beneficio adicional de una meditación en particular, algunos días simplemente notarás que tu mente está en todas partes.
El cuerpo tiende a ignorar las emociones negativas para poder seguir avanzando en la vida. Sin embargo, la meditación permite que esos pensamientos y sentimientos negativos entren y se liberen, lo cual resulta incómodo cuando empiezas a meditar por primera vez.
Alcanzar un estado interior positivo de bienestar no es fácil. Y la paz interior es un objetivo elevado, porque el cuerpo y la mente son impredecibles y difíciles de influir. La meditación es un desafío y debe tratarse como tal, de la misma manera que se podría tratar cualquier nuevo compromiso de entrenamiento.
El propósito de la meditación no es estar en un lugar de pura alegría todo el tiempo, sino aprender a cuidarse y prestar atención a tus pensamientos.
Una sencilla práctica de meditación en 10 pasos
Llegamos finalmente a los consejos prácticos para empezar a meditar. Aquí te presento una meditación muy sencilla centrándose en la respiración. Es una meditación básica pero que a día de hoy sigo practicando y que trae resultados sorprendentes.
La meditación se practica mejor por la mañana después de despertarse o por la noche antes de irse a dormir.
Aquí están los 10 pasos de esta sencilla técnica de meditación:
- Elige ropa que se adapte a ti
No querrás sentirte atrapado por tu propia ropa. Evita camisetas y jeans ajustados, elige ropa flexible y holgada y quítate los zapatos. El objetivo es eliminar cualquier cosa que pueda hacerte sentir incómodo durante la práctica.
- Encuentra un lugar tranquilo
Uno en el que sabes que no te molestarán. No necesitas silencio absoluto y aislamiento total para meditar, pero un ambiente tranquilo definitivamente ayuda.
- Siéntate con la espalda recta
Puedes sentarte en una silla o en el suelo con las piernas cruzadas, tú decides. Sin embargo, descubrirás que cualquier posición se vuelve incómoda o incluso dolorosa cuando se mantiene durante un período prolongado. En realidad, esta es la razón por la que los yoguis practican primero Asana (postura) antes incluso de intentar meditar. Por último, no aconsejo tumbarte porque podrías quedarte dormido.
- Comienza con una sesión de 5 minutos como máximo
En particular si nunca antes has meditado. Incluso 2 o 3 minutos pueden ser suficientes para empezar. Pon un cronómetro y cierra los ojos.
- Tómate un tiempo para observar tu cuerpo
Nota cualquier malestar, cualquier tensión, etc. No los juzgues, simplemente observa. Puedes ajustar tu posición si sientes la necesidad.
- Comienza por notar tu respiración
No intentes respirar de ninguna manera en particular, deja que tu respiración siga su ritmo natural.
- Mantén tu atención en tu respiración
Una vez que respires rítmicamente, concéntrate en el aire frío que entra por tus fosas nasales y en el aire caliente que sale. Si te ayuda, puedes repetir en silencio las palabras “inspira, exhala”, o concentrarte en el movimiento de tu caja torácica o de tu abdomen.
- No dejes que tus pensamientos te distraigan
Pronto te darás cuenta de que surgen pensamientos y que pierdes la concentración. No te frustres, esto es normal. Simplemente reconoce que estás pensando y deja ir el pensamiento, dejando que tu atención vuelva a tu respiración.
- Vive en el momento presente
Mantén tu atención en tu respiración y disfruta del tiempo que pasas aquí y ahora hasta que suene el cronómetro.
- Suavamente, vuelve al mundo exterior
Una vez finalizada la sesión, comienza moviendo suavemente los dedos de los pies, las manos, las extremidades y abre lentamente los ojos. Espera un poco antes de levantarte y tómate un tiempo antes de volver a tus actividades diarias.
Poco a poco, crea un hábito diario y empieza a aumentar el tiempo que dedicas a la meditación. Una vez que se forme el hábito, experimenta con diferentes tipos de meditación y decide cuál se adapta mejor a ti. También puedes añadir algunos ejercicios de respiración como las técnicas 4-7-8, respiración cuadrada o Pranayama.
Si quieres aprender algunas de estas técnicas de respiración, experimentar con una meditación guiada de los cuatro elementos y aprender algunos consejos sobre cómo crear un hábito, descarga mi kit de relajación gratuito.
Espero que la información de este artículo te sea útil y te permita crear este poderoso hábito diario. Déjame saber en los comentarios cuál es tu tipo de meditación favorito y no dudes en contactarme directamente si tienes alguna pregunta.
Thoma es Tarotista y mago ceremonial, practicando desde hace más de 10 años. Descubre su historia de ateo y deprimido a tarotista y mago ceremonial en la página La historia de un mago moderno. Puedes mandarle un mensaje con cualquier pregunta a través de la página Contacto.